2007年8月5日日曜日

¿Revolucionario y en colegio privado?

¿Por qué los "revolucionarios" tienen a sus hijos en colegios
privados, muchos de ellos bastante elitescos? La respuesta automática
e inmediata es "porque la educación pública no sirve". Respuesta
idéntica a la que daría alguien opuesto a la revolución bolivariana.
Si, los padres revolucionarios están esperando muy sentaditos a que la
educación pública suba lo suficiente de nivel como para que merezca
que sus hijos se integren a ella.

Uno les llama la atención sobre el hecho de que es precisamente la
educación privada, y muy especialmente la elitesca educación religiosa
al estilo de curas jesuitas o monjas ursulinas, la que nos ha dividido
como nación, la que ha levantado generaciones de alumnos marcados por
el individualismo; el desprecio por quien menos tiene; la
superficialidad y consumismo; la valoración por lo que tienes; la
admiración incondicional por las metrópolis imperialistas y la
ignorancia de la cultura propia… y un largo etcétera que ha impedido
la formación de un tejido social coherente y sano que nos permita ver
un igual en cada compatriota, sin importar su color o su forma de
conjugar el verbo haber. Uno les llama la atención sobre estos puntos
y te contestan que el hogar se hará cargo de contrarrestar todas estas
nefastas influencias y como ejemplo te ponen el "yo pasé por ahí y
salí tan revolucionario como el que más". Aténgase a huevos.

Hay varias contradicciones en esta actitud y otras tantas en el
esfuerzo que se hace para justificarla. Se les olvida que
probablemente el que habla es más la excepción que la regla, el
producto defectuoso que se le escapó a algún cura distraído, y que su
fascinación con la educación privada del colegio bien a lo mejor es
indicio de que el sistema no falló totalmente. Pero aún asumiendo que
hay quien se salvó, es demasiado optimista asumir que todos los
jóvenes tendrán la misma suerte; lo más probable es que esta
adoctrinación ejercida 180 días al año, durante 6 horas al día, por un
total de mínimo 12 años durante la época más maleable de la vida del
niño termine dejando alguna huella. El sistema es eficiente; por algo
ha ganado tanto terreno.

En un plano menos personal e individualista, es por lo menos iluso
creer que la educación pública llegará algún día a ser suficientemente
buena si las personas a cargo de su diseño, implementación,
evaluación, etc., no son los mismos recipientes directos o indirectos
del producto de esa educación. Si el hijo del ministro, del concejal,
de la alcaldesa, de la directora de educación , de los dueños de la
empresa distribuidora de almuerzos escolares, de los bedeles, de los
supervisores, de los maestros y de los vecinos, no asisten todos
toditos a la educación pública, ésta no pasará nunca de ser una
"educación para pobres", como aquel papel higiénico oscuro y poco
absorbente que era "suficientemente" bueno para los pobres pero casi
ofensivo para la abnegada clase media profesional, con traseros más
exigentes y con el sudor de su frente para complacer tal exigencia.

No estaría de más meterle un poco de coco a la idea de que la
revolución es tal porque se tiene la valentía de tomar acciones
revolucionarias. Una acción bien revolucionaria es la de llevar a los
hijos a la escuela pública, al liceo público. Si para ello hay que
levantarse más temprano, si hay que dedicarle más tiempo subsanando
las fallas académicas y, por ende, hay que dejar de presidir la
Fundación del Niño, renunciar al comité promotor del PSUV, abandonar
la organización voluntaria de quiensabequécosa y tantas otras cosas
que nos hacen imprescindibles a la revolución, ésta probablemente
sobreviva y seguramente que en un período sorprendentemente corto las
cosas en la educación pública comenzarán a marchar sobre ruedas, los
niños (todos los niños) recibirán la educación que merecen (y todos
merecen la mejor educación ¿no?) y sus abnegados padres podrán otra
vez lanzarse con furia a cambiar el mundo. Por lo menos sabrán que
dentro de 10 años no serán sus propios educadísimos hijos los enemigos
de esto que hoy se está tratando de construir.