2007年9月30日日曜日

Vacío de poder

Hace dos semanas el Primer Ministro Abe "el príncipe"
(por su cuna de oro), renunció a la
presidencia del Partido Liberal Democratico y de facto
a la primer ministratura y, chucuplún,
se internó en un hospital de la capital
sin volver a ver mundo ni volver a ser visto por el
mundo.

Por dos semanas del vació más absoluto de poder, no tuvimos
Primer Ministro activo: el parlamento
no pudo sesionar; los comités de estudio de diferentes
propuestas de reforma quedaron paralizados sin saber
si serían desbandados, si deberían seguir sesionando o si
sus conclusiones serían tomadas en cuenta (si, si, no).
Dos semanas de tejes y manejes, de componendas y
compromisos, de hoy te quiero y mañana te olvido,
hasta que ¡por fín! el domingo hubo elecciones en el seno
del partido (votan 528 miembros activos). De los dos candidatos
ganó el menos malo, Fukuda, y el martes se reunió el parlamento
para nombrar al nuevo primer ministro.

Los partidos de oposición se unieron tras la candidatura
de Ozawa (del Partido Demócrata), el cual ganó en la cámara
alta, en tanto que Fukuda ganaba en la Baja. Según la constitución,
la camara baja es la verdadera representante del pueblo, ergo,
el que gana en la baja se lleva todo.

Fukuda, más-de-lo-mismo, dejó a casi todos los ministros del gabinete
de Abe y prometió trabajar "con el pueblo en su corazón". La oposición
clama por disolución del parlamento y llamado a elecciones para que
la elección del Primer Ministro sea hecha en verdadera democracia.

Los expertos dicen que con tal que Fukuda aguante hasta marzo....
¡ah! ¡Marzo!!!


María Cecilia Valecillos