2007年10月10日水曜日

cuento estacional

Las estaciones del año se perciben de forma muy marcada
en Japón. "El calor y el frío hasta el equinoccio" es un dicho que nos enseña que por muy ardiente que haya sido el verano, el calor nunca pasará del equinoccio de otoño (alrededor del 21 de septiembre) y, de la misma forma, que el frío del invierno no sobrevivirá a la tercera semana de Marzo.

Con el tiempo uno se acostumbra a lo que trae cada estación y a lo que se lleva. Los grillos, por ejemplo, son impelables en estos meses en los que anochece temprano. Las moscas, por su parte, no vuelven hasta mayo; las palomas y los torditos también partieron.

Por eso nos dejó atónitos la presencia de una cucaracha¡a mediados de octubre!! ¡en mi casa!! Era una cucaracha como todas, bastante tonta y extremadamente cobarde, aunque no por eso menos antihigiénica y desagradable. Si yo renazco que, por favor, no sea como cucaracha, cuya única cualidad es su asombrosa capacidad de supervivencia aún en los ambientes más inhóspitos y bajo las condiciones de vida más duras; alimentándose de cualquier cosa, y ensuciando todo lo que toca.

Como el insecticida lo habíamos guardado en el fondo del closet y andábamos todos en medias, la dejamos ir. Dicen que dónde ves una cucaracha, hay 10. A lo mejor es la misma que sale 10 veces. Pero ya no estaremos aquí.