Dicen que la gente buena muere joven, ¡qué suerte
que nos tocó una mamá maluca!
Tan atareada con el lavar,
planchar, cocinar, atender a los niños...
y todavía te das cuenta de los cachos de
papá ¡me quito el sombrero!
Mamá, vi a una señora muy parecida a ti en la parada
de autobús; le ayudé a llevar las pesadas bolsas.
Mamá, mi esposa se comienza a parecer a ti.
¡Qué problema!
Mamá, ven a buscarme como aquella vez.
Me perdí en el bosque oscuro.
Aquel día te dije que ojalá te murieras.
Hoy quisiera matar a ese niño.